El clima está cambiando, la agricultura y la alimentación también
Los desastres naturales, el aumento de la temperatura, la acidficación del mar…Los efectos adversos del cambio climático ya se dejan sentir y lo hacen, sobre todos, en los países más pobres del mundo donde están poniendo en peligro la seguridad alimentaria de millones de personas.
Si a esta situación sumamos el aumento constante de la población mundial – que se espera que llegue a 9.000 millones de personas en 2050- tenemos un cóctel explosivo que pone en riesgo la continuidad de la vida. Por eso, la agencia para la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO) hace un llamamiento, en el Día Mundial de la Alimentación, a que los sistemas agrícolas sean más resilientes, productivos y sostenibles.
Algunos datos que destaca la FAO para despertar nuestras conciencias son los siguientes:
- La ganadería es responsable de casi dos tercios de los gases de efecto invernadero agrícolas (GEI), y del 78% de las emisiones de metano agrícolas.
- Más de un tercio de los alimentos producidos en el mundo se pierde o desperdicia. Esto supone alrededor de 1 300 millones de toneladas anuales. El metano emitido por los alimentos en descomposición es 25 veces más potente que el dióxido de carbono.
- La deforestación y la degradación de los bosques se calcula supone entre el 10-11% de las emisiones globales de GEI.
Ante estos datos, es evidente que se debe producir de otra forma. Hay que adoptar prácticas que producen más con menos en la misma superficie de la tierra y usar los recursos naturales de forma juiciosa. Significa también reducir la pérdida de alimentos antes de la fase del producto final o venta al por menor a través de una serie de iniciativas, que incluyen una mejor recolección, almacenamiento, embalaje, transporte, infraestructuras y mecanismos de mercado, así como marcos institucionales y legales.