En 2050 podrían haber el doble de muertes prematuras por contaminación
La mortalidad prematura causada por contaminación del aire podría duplicarse en 2050 y llegar a provocar la muerte de 6,6 millones de personas anualmente, según un estudio publicado recientemente por la revista Nature.
La investigación llevada a cabo por el científico Jos Lelieveld del Instituto Max Planck de Química, en Alemania, y su equipo ha analizado los componentes químicos del aire en la actualidad y los que contendrá de aquí a 35 años. Los más peligros contaminantes para la atmósfera son el ozono y las partículas finas de menos de 0,0025 milímetros, ambos asociados a enfermedades graves.
Los resultados derivados del estudio muestran que las emisiones generadas en las zonas urbanas, especialmente las procedentes de cocinas y sistemas de calefacción, representan la fuente de contaminación con mayor impacto en la mortalidad prematura global.
Por otro lado estarían las emisiones derivadas de los fertilizantes agrícolas, como el amoníaco, sobre todo producidas por la explotación de cultivos en Europa, Estados Unidos, Rusia y el este de Asia. La agricultura, por lo tanto, es la segunda causa global de mortalidad por contaminación atmosférica debido a su gran aportación de partículas que contaminan el aire.
En un tercer lugar según el grado de contaminación atmosférica que provocan, se encuentran las emisiones procedentes del tráfico y las plantas de generación de energía, ambas especialmente acusadas en gran parte de Estados Unidos.
Sin embargo, resulta difícil para los investigadores poder cuantificar los efectos de la polución a escala global. Los motivos principales son, por un lado, que la calidad del aire no se supervisa en algunas regiones y, por otro lado, que no se puede saber con exactitud el nivel de toxicidad de las partículas, ya que éste varía en función de su origen.
Las buenas noticias son, al menos en parte, que los mismos investigadores han destacado que tanto en Europa como en Estados Unidos ha mejorado muy notablemente la calidad del aire en los últimos años gracias a la legislación vigente para la protección del medioambiente, cosa que ha tenido un impacto muy positivo en la salud pública.